Guerra de Granada: Hecha por el rey D. Felipe II, contra los Moriscos de aquel reino, sus rebeldes【電子書籍】[ Diego Hurtado de Mendoza ]
<p>Mi prop?sito es escribir la guerra que el rey cat?lico de Espa?a D. Felipe el II., hijo del nunca vencido emperador D. C?rlos, tuvo en el reino de Granada contra los rebeldes nuevamente convertidos: parte de la cual yo vi, y parte entend? de personas que en ella pusieron las manos y el entendimiento. Bien s? que muchas cosas de las que escribiere parecer?n ? algunos livianas y menudas para historia, comparadas ? las grandes que de Espa?a se hallan escritas: guerras largas de varios sucesos; tomas y desolaciones de ciudades populosas; reyes vencidos y presos; discordias entre padres ? hijos, hermanos y hermanas, suegros y yernos; desposeidos, restituidos, y otra vez desposeidos, muertos ? hierro; acabados linajes; mudadas sucesiones de reinos: libre y extendido campo, y ancha salida para los escritores. Yo escog? camino mas estrecho, trabajoso, est?ril, y sin gloria; pero provechoso, y de fruto para los que adelante vinieren: comienzos bajos, rebelion de salteadores, junta de esclavos, tumulto de villanos, competencias, odios, ambiciones, y pretensiones; dilacion de provisiones, falta de dinero, inconvenientes ? no creidos, ? tenidos en poco; remision y flojedad en ?nimos acostumbrados ? entender, proveer, y disimular mayores cosas: y as? no ser? cuidado perdido considerar de cuan livianos principios y causas particulares se viene ? colmo de grandes trabajos, dificultades y da?os p?blicos, y cuasi fuera de remedio. Ver?se una guerra, al parecer tenida en poco, y liviana dentro en casa, mas fuera estimada y de gran coyuntura; que en cuanto dur? tuvo atentos, y no sin esperanza, los ?nimos de pr?ncipes amigos y enemigos, lejos y cerca: primero cubierta y sobresanada, y al fin descubierta, parte con el miedo y la industria, y parte criada con el arte y ambicion. La gente que dije, pocos ? pocos junta, representada en forma de ej?rcitos; necesitada Espa?a ? mover sus fuerzas, para atajar el fuego; el rey salir de su reposo, y acercarse ? ella; encomendar la empresa ? D. Juan de Austria su hermano, hijo del emperador D. C?rlos, ? quien la obligacion de las victorias del padre moviese ? dar la cuenta de s?, que nos muestra el suceso. En fin pelearse cada dia con enemigos; frio, calor, hambre; falta de municiones, de aparejos en todas partes; da?os nuevos, muertes ? la continua: hasta que vimos ? los enemigos, nacion belicosa, entera, armada, y confiada en el sitio, en el favor de los b?rbaros y turcos, vencida, rendida, sacada de su tierra, y desposeida de sus casas y bienes; presos y atados hombres y mujeres; ni?os cautivos vendidos en almoneda, ? llevados ? habitar ? tierras lejos de la suya: cautiverio y transmigracion no menor, que las que de otras gentes se leen por las historias. Victoria dudosa, y de sucesos tan peligrosos, que alguna vez se tuvo duda si ?ramos nosotros, ? los enemigos, los ? quien Dios queria castigar: hasta que el fin de ella descubri?, que nosotros ?ramos los amenazados, y ellos los castigados. Agradezcan y acepten esta mi voluntad libre, y lejos de todas las cosas de odio ? de amor, los que quisieren tomar ejemplo, ? escarmiento; que esto solo pretendo por remuneracion de mi trabajo, sin que de mi nombre quede otra memoria. Y porque mejor se entienda lo adelante, dir? algo de la fundacion de Granada, qu? gentes la poblaron al principio, como se mezclaron, como hubo este nombre, en quien comenz? el reino de ella; puesto que no sea conforme ? la opinion de muchos; pero ser? lo que hall? en los libros ar?bigos de la tierra, y los de Muley Hac?n rey de T?nez, y lo que hasta hoy queda en la memoria de los hombres, haciendo ? los autores cargo de la verdad.</p>画面が切り替わりますので、しばらくお待ち下さい。 ※ご購入は、楽天kobo商品ページからお願いします。※切り替わらない場合は、こちら をクリックして下さい。 ※このページからは注文できません。
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